Un joven americano que estudia en Oxford descubre el cuerpo sin vida de su casera, una mujer que en su juventud había formado parte del equipo que descifró el código enigma de la segunda Guerra Mundial (1939-1945). Poco después, un profesor de lógica de la universidad recibe una nota en laque se advierte que ése es el primero de una serie de asesinatos. El estudiante y el profesor deciden investigar el caso, utilizando códigos matemáticos, para encontrar el patrón que sigue este asesino en serie. Basada en el libro “Oxford Murders” (Crímenes Imperceptibles), de Guillermo Martínez.
Álex de la Iglesia se monta una película totalmente alejada de su cine característico repleto de humor y frikismo para contarnos una historia de intriga que no consigue conectar con sus habituales espectadores en ningún momento, y que a pesar de esto conecta con muchos otros amantes del suspenso y la intriga. Los juegos matemáticos y la lógica que en conjunto con los thrillers suelen ser un atractivo interesante de cara al público, ya que estás jugando con el misterio de una manera mucho más interactiva con el espectador, que si ya de por si tiene que estar atento para entender cada uno de los acontecimientos que pasan frente a sus ojos, la cosa se pone aún más interesante.
La película inicia tocando debates con respecto a si las matemáticas son o no el camino para llegar a verdades absolutas o si solo son símbolos creados por nosotros para de alguna manera sentirnos seguros en el caos, seguida de un extraño asesinato que desencadena muchos interrogantes y acompañada de curiosos personajes que despiertan en el consumidor sensaciones interesantes gracias actitudes llenas de locura y obsesión. Argumento a simple vista interesante y con mucho que ofrecer.
Los crímenes de Oxford es un filme al que no se le puede negar su calidad técnica. Tampoco hay nada que reprocharle a su fotografía o a su música, compuesta por un Roque Baños habitual en el cine del director vasco y con una calidad incuestionable. Aunque Su argumento si deja a medida que avanza la película mucho que desear, con una historia cada vez más forzada y con menos sentido, echando abajo todas las aspiraciones que se tenían con el inicio de la película. Las disertaciones filosóficas sobre el poder y el verdadero valor de las matemáticas abundan durante toda la película, y sin duda hay momentos en los que llegan a cansar(A los que no les agrade este tópico).
De la Iglesia no sabe mantener la atención de la trama, y el desvelar todo el pastel no hace más que enturbiar aún más toda la historia, hasta dejarla sin casi sentido ni lógica. El buen guión que parecía tener en un principio conversaciones interesantes y toques de humor, se diluye para dejar paso a un guión torpe que deja muchos vacíos narrativos centrados en una investigación basada en una serie lógica irrelevante. Pese a todo esto, las actuaciones de John Hurt y Burn Gorman y el interesante debate sobre el valor de las matemáticas, hacen que, dentro de lo que cabe, la película no quede en tan mala posición.
Ahora. Fue curioso como un papel como el que desempeñó Leonor Watling, con poca influencia en el argumento haya acaparado tanto espacio en muchas críticas. No creo que la Watling recuerde esta como una de las películas claves en su carrera como actriz. Sus desnudos son excesivos, protagonizo el topicazo de chica buenona, que enseña un poco de carne, se acuesta con el protagonista y que esconde un “secreto”, además totalmente irreal: nos hemos visto dos veces, hemos hablado diez minutos pero me he enamorado de ti. En fin, creo que ese tipo de elementos que ni vienen ni van están siempre de más.
Los crímenes de Oxford es una película que seguramente desagradó bastante a los seguidores de la filmografía de Alex de la iglesia, y que a los amantes del suspenso trajo una propuesta ciertamente entretenida por los recursos que usa. En lo personal siempre me han gustado los filmes que evocan el famoso “efecto mariposa", las conclusiones a las que llegan las emotivas discusiones filosóficas de los protagonistas son interesantes. Película que puede llegar a entretener a cierto público a pesar de mostrar algo deficiente en comparación con la propuesta que se percibe con el comienzo de la cinta.
La película inicia tocando debates con respecto a si las matemáticas son o no el camino para llegar a verdades absolutas o si solo son símbolos creados por nosotros para de alguna manera sentirnos seguros en el caos, seguida de un extraño asesinato que desencadena muchos interrogantes y acompañada de curiosos personajes que despiertan en el consumidor sensaciones interesantes gracias actitudes llenas de locura y obsesión. Argumento a simple vista interesante y con mucho que ofrecer.
Los crímenes de Oxford es un filme al que no se le puede negar su calidad técnica. Tampoco hay nada que reprocharle a su fotografía o a su música, compuesta por un Roque Baños habitual en el cine del director vasco y con una calidad incuestionable. Aunque Su argumento si deja a medida que avanza la película mucho que desear, con una historia cada vez más forzada y con menos sentido, echando abajo todas las aspiraciones que se tenían con el inicio de la película. Las disertaciones filosóficas sobre el poder y el verdadero valor de las matemáticas abundan durante toda la película, y sin duda hay momentos en los que llegan a cansar(A los que no les agrade este tópico).
De la Iglesia no sabe mantener la atención de la trama, y el desvelar todo el pastel no hace más que enturbiar aún más toda la historia, hasta dejarla sin casi sentido ni lógica. El buen guión que parecía tener en un principio conversaciones interesantes y toques de humor, se diluye para dejar paso a un guión torpe que deja muchos vacíos narrativos centrados en una investigación basada en una serie lógica irrelevante. Pese a todo esto, las actuaciones de John Hurt y Burn Gorman y el interesante debate sobre el valor de las matemáticas, hacen que, dentro de lo que cabe, la película no quede en tan mala posición.
Ahora. Fue curioso como un papel como el que desempeñó Leonor Watling, con poca influencia en el argumento haya acaparado tanto espacio en muchas críticas. No creo que la Watling recuerde esta como una de las películas claves en su carrera como actriz. Sus desnudos son excesivos, protagonizo el topicazo de chica buenona, que enseña un poco de carne, se acuesta con el protagonista y que esconde un “secreto”, además totalmente irreal: nos hemos visto dos veces, hemos hablado diez minutos pero me he enamorado de ti. En fin, creo que ese tipo de elementos que ni vienen ni van están siempre de más.
Los crímenes de Oxford es una película que seguramente desagradó bastante a los seguidores de la filmografía de Alex de la iglesia, y que a los amantes del suspenso trajo una propuesta ciertamente entretenida por los recursos que usa. En lo personal siempre me han gustado los filmes que evocan el famoso “efecto mariposa", las conclusiones a las que llegan las emotivas discusiones filosóficas de los protagonistas son interesantes. Película que puede llegar a entretener a cierto público a pesar de mostrar algo deficiente en comparación con la propuesta que se percibe con el comienzo de la cinta.
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