Larry junta a nuestros personajes favoritos con nuevos amigos para embarcarse en una misión épica y salvar la magia antes de que desaparezca para siempre. La Tablilla que devuelve la vida a los huéspedes del museo ha empezado a deteriorarse y la única forma de restaurarla puede estar en el Museo Británico. Larry, que hará cualquier cosa para salvar a sus amigos, emprende el viaje de Nueva York a Londres, donde debe descubrir el secreto de la Tabla mágica.
Llega la tercera película de la saga 'Noche en el Museo'. Con un objetivo sumamente completo: sorprendernos en al menos un mínimo porcentaje. Se puede decir que lo cumple, además de sazonarlo de una estupenda calidad de su factura, obra y gracia del genial Shawn Levy, todo un experto dentro del cine familiar.
A diferencia de otras sagas de éxito recientes, sean del género que sean, es de justicia reconocer que la de Noche en el museo ha ido de menos más en una suerte de reivindicación del cine de aventuras familiar de calidad con un regusto ochentero que va más allá de un simple ejercicio de nostalgia y aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. En este último factor tiene mucho que ver Chris Columbus, figura clave del cine de entretenimiento con alma que ha brillado en las últimas cuatro décadas en diferentes apartados (director, productor, guionista) dando su toque personal a filmes como Los Goonies, Gremlins, El secreto de pirámide, Solo en casa y en diferentes entregas de Harry Potter.
Una noche en el museo 3, de las películas más entretenidas que tuve la oportunidad de ver en el 2014, película que gracias a sus dos entregas pasadas tenía la responsabilidad de no bajar de nivel, de presentarle a el publico mas de las aventuras fuera de serie que esta nos acostumbró a ver.
El prologo a modo de flashback situado en el Egipto de 1938, Los nuevos personajes, los nuevos paisajes y en si la nueva problemática que gira en torno al fin de la magia (que en las primeras entregas se puede decir que la magia era el problema), simplemente convierten a esta saga en una maquina de Aventuras (por decirlo de alguna manera), que no entrega a su público más de lo mismo, sino que innovo a tal punto de ser un película que sin duda hay que ver.
Además Una Noche en el museo: El secreto del faraón/ El secreto de la tumba sirve de testamento cinematográfico para los llorados Robin Williams y Mickey Rooney, que fallecieron poco tiempo después de finalizar el rodaje. A ellos está dedicada la película, en los títulos de crédito finales, con el sentido leitmotiv de la misma: “la magia nunca acaba”.
El humor nunca se pierde y gracias a su trama la definición de distracción desaparece. En fin, una película que podrías ver enésimas veces con la familia cuando te la topas por la tele.
Una noche en el museo 3, de las películas más entretenidas que tuve la oportunidad de ver en el 2014, película que gracias a sus dos entregas pasadas tenía la responsabilidad de no bajar de nivel, de presentarle a el publico mas de las aventuras fuera de serie que esta nos acostumbró a ver.
El prologo a modo de flashback situado en el Egipto de 1938, Los nuevos personajes, los nuevos paisajes y en si la nueva problemática que gira en torno al fin de la magia (que en las primeras entregas se puede decir que la magia era el problema), simplemente convierten a esta saga en una maquina de Aventuras (por decirlo de alguna manera), que no entrega a su público más de lo mismo, sino que innovo a tal punto de ser un película que sin duda hay que ver.
Además Una Noche en el museo: El secreto del faraón/ El secreto de la tumba sirve de testamento cinematográfico para los llorados Robin Williams y Mickey Rooney, que fallecieron poco tiempo después de finalizar el rodaje. A ellos está dedicada la película, en los títulos de crédito finales, con el sentido leitmotiv de la misma: “la magia nunca acaba”.
El humor nunca se pierde y gracias a su trama la definición de distracción desaparece. En fin, una película que podrías ver enésimas veces con la familia cuando te la topas por la tele.
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